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Polvos de Origen






Como todos podrán suponer, o al menos los que me conocen, todos saben que soy un provinciano que reside en la "Kapetal" en busca del gran sueño de la útopica estabilidad económica peruana; consumido enteramente por los viciosos hábitos capitalinos, he perdido mi dejo, quizás escondido caracter y hábitos antiguos, pero a pesar del día a día limeño, nadie puede sacar de mi mente lo tanto que puedo amar mi origen.

No hay nada más hermoso que recordar tu tierra, surgir ahí, irse de ahí, hacer algo por ahí, y morir ahí... a continuación les hablaré de una ciudad muy controversial, donde todo puede pasar, así como todo se puede olvidar. Geográficamente no es grande, es probablemente un infierno chico en muchos momentos, pero aún así es conocida como una de las ciudades más querendonas de nuestro país....






De polvorientas tierras, de duros calores, de carros apretujados y de malas autoridades, es mi Chiclayo; esta es la linda descripción que le dio un cierto personaje, tan sarcástico como valiente, quizás pedante escritor de un blog del Comercio conocido como Jorge Riveros Cayo; pueden ver tremenda puñalada a nuestra realidad en el siguiente link:




Desde que tengo uso de memoria, sé que le debo al amor formado en esta tierra lo que soy, por amor es que soy de ahí, por amor es que también mis hermanos, obviamente mi madre también; por amor y emprendimiento fue que mi padre Huancaino decidió quedarse en el Norte para desarrollar sus proyectos emocionales y laborales.


La historia de mi vida empieza acá en Chiclayo, en la ahora cerrada Clínica Lambayeque, un edificio nada fuera de lo común en el corazón de la ciudad, el 5 de mayo de 1986 a las 2:00 pm, nacía el hijo mayor del hijo mayor de los Montenegro de Jesús María (Lima); un evento ya narrado en este blog, a partir de ese momento fui parte de uno de los clubes familiares más grandes del país (tengo tíos que simplemente no conozco, que cuando me ven me lo recuerdan, lástima que uno no pueda golpear por esto, aturde hasta la vergüenza no saber quien es el tío de nombre raro).






Chiclayo, también es bueno recordar los inicios, pues mi memoria practicamente empieza en lo que es Pimentel, uno de los balnearios más conocidos de nuestro país, y seguramente muchos de ustedes recuerden, el buen Gastón Acurio lo cerró para hacer propaganda a una rica cerveza. En Pimentel residen los mejores momentos de playa, así como la razón de mi amor con el mar; desde chico, cuando todos pregonaban que iba a ser un intrépido de primera, hice mis pininos arriesgados dentro del mar (unos diez o 20 centimetros dentro de la orilla), así como que también tuve por única vez amigos de barrio, conocidos mientras daba tres emocionantes vueltas a la manzana con mi nuevo triciclo celeste! Realmente Pimentel fue mi mejor época de desbande, a veces no tomaba leche, sino directo una gaseosa .... HELADA!!!




Mientras veía como mi hermano ya empezaba a adquirir las mismas habilidades que yo, como caminar, hablar y joder; y mientras esperaba que terminara su proceso, tuve un exacto contemporáneo que me acompaño en el proceso del crecimiento, mi primo Mirko, nacido sólamente dos días antes que yo, pasamos los primeros años juntos, amigos desde el inicio; él, hijo de un tío Yugoslavo muy querido con una prima de mi madre, ambos compartíamos el amor por el mar, la aventura, y una que otra barbaridad que se nos puede ocurrir en la infancia, como montarnos en un skate e irnos hacia la bajada, caminar juntos hasta el muelle prometiendo tirarnos por ahí algún día, planear carreras hasta el fondo del mar, ... bueno, en lo que en idioma de niños de unos tres años sería equivalente a felicidad, era divertirnos hasta morir. Él mismo gringuito, era el indicado para quedarse en Pimentel, mientras yo, mi destino estaba acá en la Kapetal.
En algún momento nos sentimos bien emparentados, ustedes saben que sol de playa quema el pelo, y no se sorprendan cuando en algún momento postee fotos mías totalmente castaño, y hay algunas totalmente raras en las que soy pelirrojo, que demonios hará la ciencia en mi cabello, que seguro por eso hasta ya se me cae!








Pasé cinco años de mi vida, viviendo en Pimentel, siendo vecino de Viviana Rivasplata (al fin una justificación para postear un buen cuerpo) y alimentándome con la mejor comida del mundo; tema de la comida es algo que voy a comprobar en los viajes de proyecto al extranjero que tengo en el futuro, mientras que sí lo he comprobado a nivel nacional, sin desestimar las suculentas comidas de las demás provincias, al Chiclayo querido nadie lo supera en sazón. Es bien dicho que la comida Peruana es la mejor del mundo, y en la reunión de comidas provincianas, Lambayeque es el pechito del cuerpo alimenticio peruano.



En cuanto a Viviana Rivasplata, en fin, es quizás la modelo chiclayana más conocida del momento, aparte de mi querida soberana Miss Chiclayo, quien en un arrebato de un despechado nos mostraron más de su soberanía. Las mujeres del Norte son conocidas por su belleza fina, tanto así que no es raro cruzarse en las calles de la ciudad con verdaderas modelos de vida cotidiana, rostros dulces, ojos encandilantes, figuras de ensueño, y alegría deslumbrante; si bien los trujillanos tienen a su Maju como estandarte, bien por ellos, nosotros tenemos muchísimo para mostrar también, como dije la mujer del Norte es uno de los estándares de belleza más altos del Perú. La verdad que muchas veces en mis viajes, cuando veía las caras de mi padres daban ganas de reprimenda y decirles: ¿Por qué me sacaron de acá?; ellos dicen: "Por mi mejoría hasta mi casa dejaría", pero en este caso, replico: "por estas bellezas ni fregando me iría". Caray, ya me dieron ganas de regresar, con cara de baboso.


Con todo estos recuerdos, estas razones, siempre Todo Tiene Su Final, y eso ocurrió, problemas en el negocio de mi papá, las malas inversiones, y la situación del momento hicieron que busquemos un nuevo rumbo, Tacna, para ser más exactos. Del norte al Sur, vaya cambio.



Finalmente, en el año 1991, se marcó mi primera gran despedida de Chiclayo, con consecutivos retornos, pero las raíces se mudaron, dejando atrás lo ya expuesto, sumado a su riqueza cultural, (me conozco de memoria el museo Brüning), siempre extrañaré ese cariño que vi en la gente de Chiclayo, quizás generado por mi entorno, como mi Abuela, que me hizo entrar en mi niñez a conocer lo que es el pueblo chiclayano, el cual en todos lados domina la confianza, sonrisa y alegría era una constante, es algo que puedo decir sin sobradera... se me pegó para toda la vida. Y es que si hay algo que puedes ver en Chiclayo, es un optimismo, desordenado, pero Optimista.




El cariño se dejó en esa ciudad, siempre regreso para ver a todas esas personas que marcaron mi primera niñez, a mi abuela y mi nana, los tíos eternamente niños, el buen primo que ahora es un galán reconocido, a los nuevos primitos, y ver en cada llegada la evolución de esta ciudad, que a modo de raje, crece bien en resultados, pero no en infraestructura, en fin, eso es tema político, que luego ampliaré en este blog cuando esté en el mismo Chiclayo, ahogándome con la misma tierra que circula por los fuertes vientos.




Cierro este artículo, diciendo que mi corazón ahora está más que nunca en Chiclayo, ya que me desvivo por ver las victorias del Juan Aurich semana a semana, ya pues señores de la tele, PASEN LOS PARTIDOS QUE SON MAS BACANES QUE LOS DE ALIANZA! De corazón crema, con sangre de Aurich.



Y bueno, ahora si finalizo, visiten pues Chiclayo, no quiero tener esta clásica conversación:


-Yo conozco el Norte, he ido a Trujillo y a Piura.

- ¿Y Chiclayo? - pregunto yo

-No conozco... pero he pasado por ahí.


El colmo...



(Nota: Este post fue hecho en Abril, finalmente está lo suficientemente pulido como para colgarlo en el blog, visten Chiclayo, así como recomienden este blog sirnadie.blogspot.com)